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26 /06 / 2019

Los implantes craneales a medida de Granta rompen moldes en traumatología

 
Granta, una pequeña start-up de Ciudad de México, está revolucionando el diseño y fabricación de implantes craneales para pacientes que han sufrido traumatismos. Gracias a su experiencia en diseño industrial, Carlos Monroy y Martín Carcaño, director ejecutivo y jefe de diseño biomédico de Granta, respectivamente, crean implantes a medida que encajan a la perfección en el paciente con un mínimo riesgo de rechazo. Este vídeo cuenta cómo están cambiando vidas gracias a su innovadora metodología.
 
 
Gabriela, Hermana de Adriana: Fue como una semana antes de su operación, llegó aquí a la casa como que se quería desmayar. Ella decía que le dolía muchísimo el cuello. Era lo único que podía decir porque no se le entendía, hablaba y no se le entendía, pero toda la semana estuvo sintiéndose mal, no se sentía bien.
 
Martín Carcaño, director de Diseño Biomédico: La primera cirugía que le hicieron para colocarle un implante de acrílico no fue exitosa. Tuvieron que removerle el implante porque se le infectó.
 
Dr. Pedro Pablo de Juambelz: La placa que habíamos puesto previamente, a pesar de que la tratamos de hacer muy estética, quedó con un cráneo muy deformado, se veía muy mal.
 
Montes de Oca: Yo empecé a buscar, a googlear casos y lo que yo leí es que había eso de placas 3D que eran moldeadas a la medida. Ahí sí ya fue el doctor el que dijo: “Okay, ahí voy a buscar”, y ya fue él que encontró a Granta y él decidió que iba a hacer la placa 3D.
 
Carlos Monroy, CEO Granta: Problemas craneales vienen por cuatro aspectos, principalmente. El primero es el traumatismo craneoencefálico. La segunda son los accidentes neurovasculares. Tercera fuente del problema es los tumores. El cuarto son las malformaciones congénitas. En Granta queremos ayudar a cambiar la vida de las personas. El primer producto que tenemos y lo que hacemos son implantes a la medida para reconstruir el cráneo a las personas.
 
Carcaño: El caso de Adriana fue complicado por muchos sentidos. El primero: fue un paciente de urgencia, tuvimos que fabricar en un tiempo récord, muy, muy rápido, para hacer el primer implante, el implante más grande. Era prácticamente la mitad del cráneo, la superficie es completamente irregular. Esta superficie irregular causa que el implante sea muy difícil de colocar.
 
Monroy: Nosotros recibimos la tomografía por parte del médico. Ahí tenemos todos los datos del paciente, tenemos el defecto del paciente y proponemos una primera solución. Ya que tenemos ese primer diseño, hacemos una impresión 3D del cráneo y del implante que proponemos, nos juntamos con el médico tratante a que nos dé su retroalimentación.
 
Cualquier comentario que nos haga, nosotros hacemos la modificación y una vez que lo aprueba ya hacemos la manufactura del implante en una máquina de control numérico de cinco ejes en donde medimos al milímetro que quede lo mismo que le prometimos. Es lo que entregamos al hospital para que lo esterilice y lo ponga.
 
El material que utilizamos es PEEK de poliéter éter cetona, es el nombre. Es un material completamente biocompatible e inerte. Tiene la ventaja que el cuerpo no lo ataca y no lo rechaza. Su grado de infección es muy bajo.
 
Carcaño: Las condiciones en las que estaba Adriana en ese momento fueron muy críticas. Ella estaba en su última oportunidad para sobrevivir.
 
Monroy: Ya yo tenía una llamada del esposo de Adriana o de su mamá diciendo que Adriana se estaba deprimiendo, que se estaba viniendo abajo, que por favor nos apuráramos, que necesitaban el implante ya.
 
Montes de Oca: Es que era nuestra última esperanza. Lo único que quería era que esa placa funcionara para que ella pudiera estar bien.
 
Monroy: Cuando la vimos entrar al quirófano todo se volvió muy real.
 
Carcaño: Cuando fue la parte del implante, lo sacaban de la bolsa la mayoría dijo: “Eso no va a entrar, está muy pequeño, no va a quedar”, y cuando el cirujano toma el implante y lo coloca en el cráneo de Adriana, el cirujano solo dice: “Entró perfecto”. Tardó más tiempo en cortar tejido y removerlo que solo colocarlo y fijarlo.
 
En 1:45, tal vez dos horas, terminó la cirugía y toda la gente se quedó así de: “Guao. Esto es un récord. Nunca habíamos puesto un implante en menos de dos horas”.
 
Monroy: Todo el mundo estaba feliz, todo el mundo estaba, la verdad, muy contento del resultado.
 
Montes de Oca: Cuando nosotros vimos a mi hermana ya salir de la cirugía y luego hablando muchísimo, la vimos mucho más consciente, como que vimos que otra vez era ella.
 
Dr. Pedro Pablo de Juambelz: Sí, el caso de Adriana fue la primera vez que se usó este tipo de implantes. Nos ayudó mucho a tener un implante muy estético porque ella tenía un defecto muy grande.
 
Montes de Oca: Poco a poco, con el tiempo, hemos visto muchísima mejoría en muy poco tiempo. Sabemos que esto va a ser lento porque nos lo han dicho, pero tenemos toda la fe y estamos convencidos de que ella va a poder caminar y va a salir adelante. Sabemos que es cuestión de tiempo, pero confiamos en que lo va a lograr.
 
Monroy: Lo que sí ha sido como algo realmente nuevo, quizás en los últimos 10 años, es la posibilidad de tomar las imágenes de la tomografía y convertirlo digitalmente en un sólido, algo que puedas manipular para el diseño del implante. Al día siguiente la fui a ver y me recibe con un: “Hola, muchas gracias por lo que hicieron, me han cambiado la vida”, pero lo que Adriana no sabe es que la que nos cambió la vida a nosotros fue ella. Este caso realmente nos cambió la vida de una manera que todavía no puedo entender.
 
Al momento después de Adriana hemos diseñado entre ocho y diez implantes en estos últimos meses, de los cuales cuatro ya fueron implantados, ya están en el paciente.
 
Carcaño: Mucho tiempo atrás mi vida o mi carrera profesional estaba enfocada al desarrollo de productos de consumo, desarrollo de automóviles, nuevos procesos de ingeniería, pero al final no tienen el impacto que tiene ayudar a una persona como el caso de Adriana.
 
Desde el día que terminó la cirugía y vimos que era real, el paciente estaba bien, no podía creerlo, lo que habíamos logrado. El hecho de saber que le pudimos ayudar a una persona que estaba en esa situación es muy reconfortante, y es muy gratificante poder hacer esta labor todos los días.
 
Monroy: La mayor satisfacción es saber que el implante está en la cabeza de alguien y que está bien. El verlo el día siguiente de la cirugía y que te reciba con un “Muchas gracias”, con una sonrisa, el hablar con el paciente, con la familia del paciente, dos, tres, cuatro meses después y preguntarles: “¿Cómo están?”, y que te digan: “Bien, salimos a comer todos juntos para festejar mi cumpleaños o mi aniversario”, ese tipo de cosas tan simples es lo que lo hace tan satisfactorio, el saber que la gente está bien.
 
Adriana: Se siente padrísimo, estoy muy agradecida con Dios y con la vida de estar viva, de los doctores, de Granta, la placa que ellos hicieron el favor de hacerme.